miércoles, 10 de agosto de 2011

Dar elogios donde realmente importan

Leí el siguiente resultado de una investigación entre terapeutas hace un tiempo atrás (no me acuerdo dónde, ni el autor, por lo cual pido las debidas disculpas) y me parecía importante compartirlo y tenerlo en cuenta, no sólo en la escuela sino en todas nuestras relaciones. Parecería contradecir lo que superficialmente observamos a diario, pero cuando lo pensamos un poco, nos damos cuenta que algo tiene de verdad y no deja de ser un alerta, dada la superficialidad de mucho de lo que consideramos "comunicación" hoy. Los medios para comunicarnos abundan pero ¿nos llevan a una mejor calidad de relaciones? La experiencia nos demuestra que no.

"Renombrados terapeutas que trabajan con familias, divulgaron una reciente investigación donde se hace notar que los miembros de las familias en general están cada vez más fríos, no existe más cariño, solo se escuchan críticas.



No se da más valor a las cualidades. Las personas están cada vez más intolerantes y se desgastan dando valor a los defectos de los otros. Por eso, las relaciones de hoy no duran.


La ausencia del elogio está cada vez más presente en las familias de media y alta renta. No vemos a los hombres elogiando a sus mujeres o viceversa, no vemos a los jefes elogiando el trabajo de sus subordinados, no vemos casi nunca a los padres e hijos elogiándose, ni a los amigos, etc.


Sólo vemos personas superficiales y fútiles dando valor a artistas, cantores, a personas que usan la imagen para ganar dinero y que, por consecuencia, son personas que tienen la obligación de cuidar del cuerpo y del rostro.


Esa ausencia de elogio ha afectado mucho a las familias.


La falta de diálogo en sus hogares, el exceso de orgullo impide que las personas digan lo que sienten y llevan esa carencia para dentro de los consultorios.


Destruyen sus matrimonios, y acaban buscando en otras personas lo que no consiguen dentro de casa.


Comencemos a dar valor a nuestras familias, amigos, alumnos, subordinados. Vamos a elogiar al buen profesional, la buena actitud, la ética, la belleza de nuestros compañeros o nuestras compañeras, el comportamiento de nuestros hijos y alumnos.


Vamos a observar lo que las personas gustan.


Vivimos en una sociedad en la que uno necesita del otro, es imposible vivir solo y aislado, y los elogios son la motivación en la vida de cualquier persona. ¿A cuantas personas podrías hacer felices elogiándolas de alguna manera?


¡Entonces comienza elogiando a alguien hoy!"

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