I'm aware that I'm talking about a context in Argentina, where let's face it, the whole question of bullying is only recently starting to be taken seriously. An aggressive attitude towards the other, in many contexts from the staff room to the highway, is taken as almost normal, so obviously, in the classroom such aggressive attitudes are often taken as "normal".
Recently, an education psychologist and parent told me that during the past year one of her sons was nicknamed unpleasantly throughout the year by his teacher. She managed to discover the problem towards the end of the year. The school in question is attended mainly by middle-class families, with a certain religious background in most cases. The same person commented that it´s quite common to hear aggressive language used among the teachers themselves in the staff-room. Is it surprising then that many such teachers are unaware of or simply ignore what must be considered as bullying among their students? Nobody can afford to continue ignoring the damaging affects of bullying in whatever context, now increasingly common also in the social networking websites.
Even though earlier posts in my blog have referred in more detail to the question of bullying, the underlying problem of creating classrooms where tolerance, acceptance and respect for each individual is the norm, is still unattended to in much of our local context. Admittedly, it often receives lip-service, but where the school year begins with no training and planning on the part of teachers for classroom behavior, it is only inevitable that serious behavior problems will continue to exist in our schools, whether or not they are recognized as such. I'm aware that there are many demands on the teachers' time prior to the beginning of classes, but there is no need to repeat what has been stated and enlarged upon many times in earlier posts, that planning is necessary for pro-active behavior (positive and preventive) measures in order to avoid reactive behavior, both by teachers and students, in classroom management, with its undesired consequences.
It's never too late to start, so once again may I dare to invite all teachers, especially here in Argentina, to consider seriously starting this new school year with planned objectives with respect to classroom management.
"No hay maltrato en mi escuela...!"
Soy plenamente consciente que me estoy refiriendo a nuestro contexto argentino cuando escribo aquí que la cuestión de “bullying” o maltrato, tanto verbal como físico, es recién empezando a ser tomado en serio. Una actitud agresiva en muchos contextos, desde los ámbitos de trabajo hasta las rutas, es casi aceptado como normal, así que no es de sorprender que el comportamiento similar no llame la atención en la escuela.
Hace unos días una psicopedagoga y madre de familia me contó que un docente le llamaba a uno de sus hijos por un apodo algo ofensivo durante todo el año. Ella misma descubrió la situación recién hacía el fin del año. Los alumnos que asisten a este colegio en cuestión son en su mayoría de la clase media y con una orientación religiosa. La misma persona me contaba también que es bastante común escuchar comentarios agresivos en algunas salas de maestros o profesores de las escuelas. No debe llamar la atención entonces que muchos de estos docentes ignoran o simplemente no prestan atención a situaciones de maltrato o “bullying” entre los alumnos. Ninguno de nosotros podemos hoy ignorar los afectos nocivos de las intimidaciones o agresiones verbales o físicas en cualquier contexto. Lamentablemente esta actitud también se ha extendida a las redes sociales de los sitios web con sus propias consecuencias.
Aunque he elaborado sobre este tema del acoso escolar y maltrato en posts anteriores, el problema subyacente es intentar crear aulas donde la tolerancia, aceptación y respeto mutuo sean la norma. Sin embargo sabemos que implementarlo es todavía una asignatura pendiente en gran parte de nuestro contexto escolar. Es verdad que a veces el tema recibe atención de boquilla de parte de los directivos o docentes, pero cuando el año escolar comienza sin la preparación y planificación de parte del docente para el comportamiento áulico, es casi inevitable que surgirán cada vez más problemas de comportamiento en nuestras escuelas, sean o no reconocidos como tales.
Soy plenamente consciente que hay mucha demanda sobre el tiempo de los docentes previo al inicio de las clases pero no creo que viene al caso volver a insistir sobre lo que he escrito y desarrollado en posts anteriores, es decir la absoluta necesidad de la planificación para poder implementar medidas proactivas en relación al comportamiento escolar para evitar las medidas reactivas tanto de parte del docente como de los alumnos, con sus consecuencias indeseadas.
Nunca es demasiado tarde empezar, así que vuelvo a invitar a todos los docentes y en particular a nuestros docentes argentinos iniciar este nuevo año escolar con objetivos bien planificados en relación al comportamiento en la escuela y en el aula.
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ResponderEliminarHola Gilda: no quiero publicar tu comentario dado el carácter reservado del mismo. Le escribo un correo electrónico en forma personal para responder a su inquietud y ofrecerle algunas sugerencias. John
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