El docente puede ver al niño conflictivo simplemente como alguien que molesta, que interrumpe continuamente la clase o tal vez como alguien que quiere poner el docente en ridículo, lo que es muy posible que ocurra en algunas circunstancias. Pero como docentes es también necesario considerar que el niño conflictivo es muy posiblemente una víctima de una situación social, familiar, institucional o grupal que lo condiciona fuertemente y le provoca cierto malestar, temores y ansiedad. Es por eso que antes de ver al alumno como alguien decidido a hacernos la vida imposible dentro del aula, eliminemos toda posibilidad que sea una víctima de algunas de las circunstancias arriba mencionadas. Esto también es un deber y un auténtico desafío de la educación actual.
Lo que propongo aquí es tener elementos que permitirían poner en evidencia la realidad del niño conflictivo, y así ayudarlo a mejorar su situación, enriquecer su mundo interior y promover su crecimiento personal. Esto significa ACERCARNOS a él y no ALEJARLO de nosotros. Por supuesto que hay muchas dificultades, tanto internas como externas, para implementar uno u otro de los modelos de disciplina en el aula y en la escuela. Aclaré desde el inicio que mi interés es formar ante todo “ciudadanos responsables” durante su paso por nuestras instituciones educativas, uno de los muy pocos lugares donde semejante tarea es posible hoy ante la gradual desintegración del núcleo familiar y de la sociedad como ámbitos de contención.
Uno de los temas claves es la conjunción entre aceptar y respetar profundamente a cada alumno en su dignidad personal y, con idéntica firmeza, no tolerar de ningún modo las faltas de respeto hacia el otro (sea hacia el propio docente o hacia algún compañero). Esto permite un descenso notable del nivel de ansiedad tanto para el alumno mismo como dentro del grupo. También nos obligará a considerar el siempre presente tema del acoso escolar o “bullying” más adelante. Necesitamos generar espacios para la comunicación, el encuentro y la reflexión y así contribuir a la educación de personas pensantes. En otras palabras cultivar las aulas como auténticos laboratorios de buena convivencia, libertad y respeto. Cuánto más necesaria es esta contención y orientación cuando consideramos el acceso y uso habitual de las redes sociales de Internet por parte de nuestros alumnos. Pero dejaré la consideración de estos elementos sociales y su influencia en el comportamiento escolar para otro momento.
THE DISRUPTIVE CHILD IN SCHOOL
A teacher can see the disruptive child as someone who disturbs and interrupts the class continually or perhaps as someone who wishes to make the teacher look ridiculous, something which is very possible on occasions. However, as teachers it is also very necessary to see the disruptive child as a possible victim of some social, family, institutional or group situation which is conditioning him/her and provoking unease, fear and anxiety. Therefore before arriving at the conclusion that the child is out to make our life unbearable in the classroom, we need to eliminate any possibility of the child being a victim of any of the abovementioned situations. This is also a duty as well as a real challenge to our educational system.
What I am proposing here is to have some resources available to teachers that would permit them to know the reality of the disruptive child, and thus enable him/her to improve their situation, enrich their interior life and promote personal growth. This means in practice GETTING CLOSER to the child instead of DISTANCING him/her from us. Of course there are many difficulties, both internal and external, in implementing one or other of the discipline models in the classroom and in the school. I stated from the outset that our purpose above all is to help form “responsible citizens” during their stay in our educational institutions, one of the few places today where such a task is possible given the gradual disintegration of family life and society as environments where acceptable limits can be easily imposed.
One of the key issues is the need to combine acceptance and profound respect for the personal dignity of each student with identical firmness shown in not tolerating any lack of respect towards others, whether teacher or companion. This in itself will very often allow a notable reduction in the level of anxiety on the part of the individual student as well as in the group as a whole. It also invites consideration later on of the ever present problem of bullying in schools. We need to generate spaces for proper communication, encounter and reflection thus contributing to the formation of thinking, conscious persons. In other words, to promote classrooms as authentic laboratories of peaceful coexistence, freedom and mutual respect. The need for limits and guidance is all the more necessary today as the children have direct access to and use of the social networks provided by Internet. This is an area worth studying because of its incidence on school behavior and will be dealt with later on.
This blog deals with the ever occurring theme of classroom management, positive discipline in the classroom and related matters of interest to teachers. El tema de mi blog es el siempre presente problema para los docentes del comportamiento en el aula, formas de disciplina positiva y todo relacionado con esta materia.
Interesantísimo artículo, querido John.
ResponderEliminarCoincido con lo que expresás como uno de los temas claves: "aceptar y respetar profundamente a cada alumno en su dignidad personal y, con idéntica firmeza, no tolerar de ningún modo las faltas de respeto hacia el otro".
La mirada puesta en el alumno desde el amor hacia esas personitas y el reconocimiento de su dignidad, es la condición que iluminará la tarea docente permitiéndonos el acercarmiento a ellos y la superación de la conflictividad en los casos en que la hubiera.
Muchas gracias.