martes, 17 de mayo de 2011

Un Pequeño Gesto

Whereever we walk we leave our footprints whether they be small or large. Ojalá que mi huella, sea en la soledad de una playa o en los pequeños gestos de cada día, deje algo positivo y mejor todavía, alegrar el día de quien pasa por allí.  

Amigos: Muchas veces con la excusa que, ah pero son Japoneses, Alemanes, o lo que sea, negamos aceptar que muchos de nuestros comportamientos diarios respecto al trato, el manejo en la ruta, el orden y la limpieza, etc. son inaceptables para cualquiera, y al reflexionar un poco nos damos cuenta que el problema muchas veces somos nosotros mismos, no los otros. Un plan de comportamiento expresamente elaborado en la escuela y en el aula, conocido y aceptado por docentes y alumnos por igual no debe considerarse excepcional o propiedad de alguno que otro colegio. Todos nuestros docentes y educadores merecen tener las herramientas adecuadas para ejercer un estilo de autoridad que fuera auténticamente democrático, establecer un vinculo de respeto y promover en el aula un clima constructivo de trabajo para poder llevar a cabo su labor de enseñanza y aprendizaje. En el contexto de este blog me parecía útil reflexionar sobre este hecho reciente, ya leído por muchos de ustedes me imagino, porque muestra lo que es posible lograr en una comunidad y por qué no, empezando por nuestras escuelas.

UN PEQUEÑO GESTO, UN GRAN EJEMPLO

NOTA DEL EDITOR:
Esta carta, escrita por el inmigrante vietnamita Thanh Minh que trabajó en Fukushima como policía, a un amigo en Vietnam, fue publicado en New America Media, el 19 de marzo. Es un testimonio de la fuerza del espíritu japonés, y un corte interesante de la vida cerca del epicentro de la crisis en la central nuclear de Fukushima en Japón. Fue traducido por el MNOAL editor Andrew Lam, autor de "Come Oriente Occidente: Escribiendo en dos hemisferios" condensado en Shanghai Daily.

Hermano,
¿Cómo estás tu y tu familia? Estos últimos días, todo era un caos. Cuando cierro mis ojos, veo los cadáveres. Cuando abro los ojos, también veo los cadáveres. Cada uno de nosotros debe trabajar 20 horas al día, sin embargo, me gustaría que hubiera días de 48 horas, para que podamos seguir ayudando y rescatar gente.


Estamos sin agua y electricidad, las raciones de alimentos se encuentran cerca de cero. Apenas se consigue trasladar a los refugiados antes de que haya nuevas órdenes para trasladarles a otro lugar.


Actualmente estoy en Fukushima, a unos 25 kilómetros de la planta de energía nuclear. Tengo tanto para decirte que si pudiera escribirlo todo, seguramente se convertiría en una novela acerca de las relaciones y comportamientos humanos en tiempos de crisis.


Aquí la gente mantiene la calma - su sentido de la dignidad y el comportamiento adecuado son muy buenas - así que las cosas no son tan malas como podrían serlo. Pero dado una semana más, no puedo garantizar que las cosas lleguen a un punto en que ya no se pueda proporcionar la debida protección y el orden.


Son seres humanos después de todo, y cuando el hambre y la sed reemplacen la dignidad, van a hacer lo que tienen que hacer. El gobierno está tratando de proveer suministros por vía aérea, con alimentos y medicinas, pero es como dejar caer un poco de sal en el océano.


Hermano, hubo un incidente realmente conmovedor. Se trata de un niño japonés que enseñó a un adulto como yo, una lección sobre cómo comportarse como un ser humano.


Ayer por la noche, me enviaron a una escuela de gramática para ayudar a una organización de caridad a distribuir alimentos a los refugiados. Era una larga fila que serpenteaba un lado a otro y vi. a un niño de alrededor de 9 años de edad. Llevaba una camiseta y un par de pantalones cortos. Estaba haciendo mucho frío y el niño estaba en el final de la cola. Me preocupaba que en el momento que le llegue el turno, no habría ningún alimento. Así que hablé con él. Dijo que estaba en la escuela cuando ocurrió el terremoto. Su padre trabajaba cerca y se dirigía a la escuela. El estaba en el balcón del tercer piso cuando vio el coche de su padre barrido por el tsunami.


Le pregunté acerca de su madre. Dijo que su casa está junto a la playa, que su madre y su hermana pequeña, probablemente no se salvaran. Volvió la cabeza, se secó las lágrimas cuando le pregunté acerca de sus familiares. Estaba temblando por lo que me quité la chaqueta de policía y se la puse a él. Ahí fue cuando mi bolsa de ración de alimentos se cayó. La recogí y se la di a él. "Cuando llegue tu turno, podrías quedarte sin alimentos. Así que aquí está mi parte. Yo ya comí. ¿Por qué no te lo comes?"


El muchacho tomó mi comida, se inclinó. Pensé que se lo comería de inmediato, pero no lo hizo. Tomó la bolsa, se acercó al principio de la cola y la puso con toda la comida que estaba esperando para ser distribuida.


Me sorprendió. Le pregunté por qué no se lo comía, en vez de añadirla a la pila de los alimentos. Él respondió: "Porque veo a gente con mucho más hambre que yo, si lo pongo allí, se van a distribuir los alimentos por igual.."


Cuando escuché eso me di vuelta para que la gente no me vea llorar.


Una sociedad que puede educar a un niño de 9 años de edad, que entiende el concepto de sacrificio por el bien común es una gran sociedad, un gran pueblo.


Bueno, en estas pocas líneas envío a tí y a familia mis mejores deseos.


La hora de mi turno ha llegado nuevamente.


Ha Thanh Minh


10 COSAS QUE DEBEMOS APRENDER DE JAPÓN


1. LA CALMA


Ni una sola imagen de golpearse el pecho o de dolor. La muestra de dolor en sí ha sido dignamente llevada.


2. LA DIGNIDAD


La disciplina en las colas para el agua y los alimentos. Ni una palabra áspera o un gesto de crudo.


3. LA CAPACIDAD


De los arquitectos, increíble, los edificios se balanceaban, pero no caían.


4. LA GRACIA


La gente compraba sólo lo que necesitaba para el momento, por lo que todo el mundo podía conseguir algo.


5. EL ORDEN


No hay saqueos en las tiendas. No tocan la bocina y no adelantan en las carreteras. Sólo comprensión.


6. EL SACRIFICIO


Cincuenta trabajadores quedaron atrás para bombear agua de mar en los N-reactores, sin pensar en cómo es que alguna vez los recompensarán.


7. LA TERNURA


Los restaurantes redujeron los precios. El fuerte cuida a los débiles.


8. LA FORMACIÓN


La gente de edad y los niños, todo el mundo sabía exactamente qué hacer. E hicieron precisamente eso.


9. LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN


Ellos mostraron moderación magnífica en los boletines. Ningún periodista publicó tonterías. Sólo reportajes para difundir la calma.


10. LA CONCIENCIA


¡Cuando se cortó la luz en una tienda, la gente volvió a poner las cosas en los estantes y se marchó en silencio!

1 comentario:

  1. Hola John. ¡Qué alegría encontrarme con tu blog!
    Saludos.
    Karina

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