Debo aclarar, sin embargo, que la escuela sólo no puede ayudar al niño o joven superar el problema sin la intervención de sus padres. Por esta razón se necesita un fluido intercambio y colaboración entre ambos. El alumno objeto de bullying va a necesitar la ayuda de algunas habilidades para sentirse mejor y de esta manera ir superando el constante acoso. No importa lo que sea la razón del acoso constante, los efectos son siempre los mismos. Esencialmente, el niño o joven acosado va a necesitar desarrollar y utilizar, más que los demás niños, mayor pericia en la autodefensa psicológica para proteger su auto-imagen y saber manejar el alto grado de frustración, enojo y miedo. Los padres deben estar comprometido necesariamente en esto proceso.
Nuestra mirada aquí está puesto en la escuela como institución y en el aula en particular donde el niño pasa la mayor parte de su escolaridad. También tenemos que pensar tanto en el que acosa como en el acosado. Nos interesa de sobremanera buscar posibles soluciones más que explicaciones. En cuanto al segundo, lo que nos interesa saber esencialmente es: ¿Qué es el acoso escolar o bullying? y ¿Qué alumno/s está/n siendo acosados?
Existen dos categorías de acoso escolar – físico y no-físico. El acoso físico puede incluir empujones, patear, escupir, quitar o robar útiles escolares, extorsionar. El acoso no-físico incluye burlas, insultos, amenazas, excluir del grupo y campañas de cuchicheo. Mientras en el pasado se consideraba solamente el acoso físico como dañino por incluir actividades que son ilegales en la vida adulta, hoy el daño psicológico es también considerado como grave y causa de prosecución. Difícilmente el acoso físico deja consecuencias de por vida, pero el acoso no-físico puede dejar cicatrices psicológicas que duran toda la vida.
Signo de alerta. Si un alumno parece disgustado, molesto, inquieto o nervioso sin aparente razón, vale la pena averiguar si no está siendo acosado o molestado por otro alumno o alumnos. Una reducción de esfuerzo y de competencia o capacidad en su escolaridad sin otra causa clara puede también significar que está sufriendo acoso. Siendo que todos estos síntomas pueden tener su raíz en otras causas, son simplemente indicadores que merecen ser investigados discretamente. La única manera segura de saber la verdad es que el alumno mismo la confía en el docente u otro adulto. Más grande sea el alumno, más difícil es que lo admita. El acoso vuelve a ser un secreto que el alumno siente vergüenza admitir y compartir. Por eso es muy importante que el alumno involucrado esté de acuerdo con cualquier acción o intervención que el docente o las autoridades pretenden tomar en su favor. Ante cualquier medida drástica que pretende tomar los padres o las autoridades escolares es bueno recordarles a los alumnos acosados que se mantengan firmes, que tengan fe en su propia capacidad y en la del docente y que puedan desarrollar sus recursos interiores para superar el problema. En principio esto los ayudará sentirse mucho mejor acerca de si mismos...
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